Conociendo a mi putita – PARTE 3

Conociendo a mi putita – PARTE 3
Tercera parte
Mi lengua ávida de sus jugos, recorrió infinidad de veces con una lentitud pasmosa, el trayecto de su ano a su clítoris, jugaba a meterle la punta en sus agujeros, la hacía girar un poco y volvía al recorrido. Estaba disfrutando con esa comida, me bebía su esencia, me relamía los labios, que buena estaba! Con mis manos le abrí mas las nalgas para adentrarme mejor, levanté la mirada para verla y me di cuenta que se había volteado a mirar al fumador que a lo visto estaba disfrutando de lo que imaginaría que ocurría detrás del murete del balcón. Seguí a lo mío, quería que se corriese ya en mi boca, pero ella aguantaba y yo me desesperaba. Ella era la maestra y yo el pupilo. Solté una nalga y apunté con el índice y el corazón unidos, a su coño. Le dejé notar su presencia sin penetrarla, creo que contuvo su respiración; entonces la penetré lentamente, hasta los nudillos, hice girar mis dedos en el interior de su cueva, llenándolos de jugos. Los curvé hacia fuera y empecé a bombear al tiempo que mi lengua jugaba con su clítoris en el espacio que le quedaba. Por su pierna derecha le baja un hilo de jugo de lo mucho que estaba mojando, saqué los dedos de su vagina y volví a penetrarla pero separando el dedo corazón para penetrar su culo y su coño simultáneamente. Empecé a chupar con ansia al tiempo que la penetraba cada vez más rápido, noté que se agitaba, sus manos apretaron mi cara contra su coño, me ahogaba entre sus aromas, pero no paré de bebérmela y de follarla con mis dedos. Mi polla empezó a despertar, quería unirse a la fiesta. Seguí con mi objetivo, ella apretó con más fuerza mi rostro contra ella y fue cuando soltó ese grito de placer que los mismos lobos envidiarían; se enteró medio Paralelo y parte de la Diagonal y el vecino fumador digo yo que se fumaría medio paquete. Yo me corrí de gusto mentalmente, orgullo de macho supongo de haberle dado placer a su hembra. Me mantenía apretando mi cara contra ella y yo ya necesitaba aire, necesitaba levantarme y desentumecerme. Mis articulaciones se quejaron, mis músculos me maldijeron pero sus besos me resucitaron. Amaba mi guarrilla.
Ya más relajada, notó que se me estaba levantando de nuevo la pasión, con timidez, pero con ganas de guerra. Después de una mirada sonriente a la ventana de enfrente, me tomó de la mano y me llevó hacia dentro. Tumbándose boca abajo en la cama, hermosa en su desnudez me propuso pedir algo de comer y beber en la cafetería del hotel. Llamé al servicio de habitaciones (siempre quise decir esto, jejejejeje) y pedí un par de sándwiches vegetales, le sugerí cava y ella aceptó. Nos revitalizamos un poco, brindábamos con las copas de cava, nos prodigábamos besos, aquello era el paraíso. Recordé las escenas eróticas de las películas y las quise emular. Derramé cava en su ombligo y lo chupé, luego derramé más para que se escurriera hacia su entrepierna y lo bebí. Empezaban de nuevo los juegos…..
Fui al minibar y saqué la cubitera; me hice con un cubito y volví a la cama. Ella me miraba con cara divertida y juguetona, con una chispita de viciosa!! Dibujé círculos sobre un pezón mientras chupaba el otro, pasaba el hielo al primer pezón y chupaba el otro. Se endurecían poco a poco, me encantaban sus pezones. Eran la coronación perfecta a unos senos preciosos!! Que hacía aquella diosa conmigo??? Seguí jugando con sus pezones hasta sentir que su excitación iba llegando de nuevo. Dejé que se deshiciera el hielo para crear un río desde sus senos hasta su ombligo, recorrí ese cauce con el resto del cubito de hielo y lo dejé morir. Fui a por otro y lo deslicé por el interior de sus muslos, rodeando su sexo, enfriándolo, masturbé su clítoris que se puso duro y frío como el mármol. Me acerqué y soplé suavemente sobre él, pareció gustarle pues arqueó sus caderas. Para esas mi polla ya se estaba recuperando màs que razonablemente. Volvía el macho!!!
Y de nuevo me equivoqué. Mi putita particular no es de las que esperan a verlas venir. Me volteó, se puso invertida sobre mí y me ordenó que le comiera el coño de nuevo al tiempo que se comía mi polla. Creo que se estaba impacientando con mis tonterías románticas, quería sexo, ya, duro, fuerte, iba a tomar las riendas de lo que quedaba de noche. Yo no me resistí! Sería de imbéciles hacerlo; paso a la juventud!! Mándame putilla, soy tu esclavo. Me entregué en cuerpo y alma a comerme su delicioso coño, pero ni comparación con el castigo que le estaba infligiendo a mi polla!! Aquello era lo nunca visto, me la estaba literalmente devorando. Ufff, que manera de mamar, era algo inhumana, nunca me la había mamado así. Estaba absorto en mis pensamientos lujuriosos de nuevo, cuando de repente todo cesó! Se hizo el vacio. Donde se había ido su boca, donde estaba esa lengua de puta mamona? La respuesta no se hizo esperar, como caída del cielo se montó sobre mi polla sin avisar, hasta el fondo, con fuerza, con ganas, con ganas de follar a lo bestia. Como debe ser, si señor!! Mi maestra de nuevo me ponía en el buen camino. Empezó a cabalgarme haciendo círculos con sus caderas, tal cual si montase un toro mecánico, yo simplemente alcancé sus pechos y los masajeaba, los apretaba. Me encantaba su vista desde esta perspectiva. Me quemaba la polla, esta putilla debía tener un horno dentro del coño!! Me estaba sacando un segundo polvo en la misma noche, ya no recordaba la última vez que eso me ocurrió. Quise calentarla un poco más y empecé a decirle guarradas, venga puta fóllame como una guarra que es lo que eres. Con esa carita de niña buena no escondes lo puta que eres, folla a tu papi, deja que te llene el coño de leche que es lo que quieres, no te pares guarra, clávate mi polla hasta los huevos. Y así como estaba empecé a darle palmadas en sus nalgas, como sabía que a ella le gustaba. Le gustaba el sexo guarro, que la insultara; eso me contaba en nuestras charlas y lo puse en práctica. Se volvió como loca, su ritmo no era humano, pensé que me iba a partir la polla en dos, apoyaba sus manos sobre mi pecho y empezó a apretarme ambos pezones con sus dedos. Aquello dolía horrores pero era excitante al mismo tiempo, seguía apretando y del mismo dolor yo levantaba mis caderas para penetrarla más profundamente, me quería correr. Noté como apretaba mas y mas como queriendo arrancarme los pezones y soltó de nuevo su aullido gutural!!! Uffff que manera de correrse, eso sí era gozar, dejar fluir todos los sentidos, no reprimir ninguno, sacarlos todos al exterior. Su vagina apretó mi polla exprimiéndola, la leche subió de golpe, con fuerza. Quemaba horrores por donde pasaba, sentí aumentar la humedad dentro de su coño, estaba derrotado. Ella se dejó caer sobre mí jadeando, aún seguía pausados sus movimientos sobre mi polla, parando poco a poco, oía los latidos de su corazón acelerado sobre mi pecho, la abracé y besé su mejilla. Quería a mi putilla.