Şubat 14, 2022

El padre Román, el cura de mi pueblo.

ile admin

El padre Román, el cura de mi pueblo.
Durante la cena nadie, reía, estábamos todos cabizbajos por la marcha de mi tío Evaristo esta noche a las 23:30 en el tren dirección Madrid, de ahí cogía un avión hasta Chile que era donde vivía; mi abuela comenzó a llorar, mi madre también, y antes de que empezase yo, mi tío convirtió toda esa tristeza en alegría de un plumazo, nos invitó a ir de visita el año siguiente, todos nos quedamos con cara de incredulidad pero con una sonrisa de oreja a oreja, mis padres se pusieron a botar, yo también, pero mi abuela seguía enfuruñada y con los brazos cruzados, ” si pensáis que voy a montarme en avión vais listos”, “Conchita guapa, no quieres venir a verme?” “ni hablar..”, se levantó y se fue a su habitación y no bajo hasta que mi tío salía por la puerta para ir a coger el avión, mi abuela se quedó muy triste por no disfrutar unos días más de la compañía de mi tío y porque seguramente no le volviese a ver nunca, yo le dí un abrazo fuerte y el me miró y dijo, “ya te mandaré un par de regalos por correo” me guiñó un ojo se rió y se fue. Mis padres le llevaron en coche hasta Palencia para coger el tren, momento que aproveché para subir a la habitación de mi abuela y ya de paso pues…abrí la puerta, ella estaba tumbada de lado encima de la cama, me senté a su lado y comencé a acariciarle el hombro, bajé poco a poco hasta la cintura, cuando quise acariciarle el culo no me dejo, me quitó la mano, se incorporó y me dijo que estaríamos un tiempo sin hacerlo ó que incluso no lo volveríamos a hacer jamás, que ya era hora de que me buscase novia, iba a empezar a protestar pero al final le dije, “te entiendo abuela, no te preocupes por mí, me has hecho muy pero que muy feliz este verano, si quieres que te deje tranquila pues perfecto y si tu quieres que te vuelva a hacer el amor no tienes más que pedirlo, hacérnoslo en el servicio del avión rumbo a Chile estaría genial ehhh” entonces por fin logré sacarle una sonrisa, nos besamos en los labios durante unos segundos, me levanté y salí de la habitación, empalmado por supuesto.
Unos días más tarde salí con mi padre a tomar algo sobre las 7, como mi tía no estaba y con mi abuela no había nada que hacer pues…nada. Estábamos en la plaza y nos encontramos con el padre Román, nos saludamos, hablamos de la despedida de mi tío y el posible viaje a Chile, yo estaba tocado por la despedida y por mi tía y mi abuela, entonces el cura me miró y cogiéndome de la barbilla me dijo, ” que, Juanito , estás triste porque tu tío se ha ido? antes de contestar yo mi padre se adelantó y le dijo que ya estaba muy bien y que cómo ya tenía la habitación para mí solo pues que eso me ayudaba, “a sí que compartíais habitación eh, pues seguro que os lo habéis pasado en grande los dos, según es tu tío” me guiñó un ojo y le salió una sonrisa muy pícara como diciendo, vaya fiestas de pichas os habréis montado, acto seguido le dijo a m padre “éste año le toca a Juanito hacer la confirmación, la hará no?” Sí, si respondió mi padre, “cuánto hace que no te confiesas Juanito?” puff, desde la comunión seguro respondió mi padre, “pues eso no está bien, deberías confesarte antes de iniciar el curso de la confirmación, es más, yo voy ahora a la iglesia para confesar a las feligresas antes de la misa de las 9, ahora estaría bien porque las viejas de este pueblo vienen todas a la vez media hora antes de la misa, ahora tenemos un rato para que te confieses tranquilo tú solo” ni de coña pensé yo pero mi padre se adelantó otra vez, ” buena idea padre Román, venga Juan, hazle caso al padre”. Según empezamos a andar me puso la mano en el hombro que le pillaba más lejos y me acercó a su cuerpo, era un hombre fuerte, mediría 170 cm y robusto, pesaría 80-85kg, tenía el pelo muy corto y canoso, siempre bien afeitado, llevaba gafas estilo sheriff cuando hacía sol y normales cuando no pero por miopía, me hablaba de la familia, de hacer caso a los mayores y obedecer, de los valores de la religión…, entramos directamente a la sacristía, me tengo que poner la sotana, dijo, abrió un cajón y sacó una sotana negra, bueno negra, ya estaba bastante desteñida y estropeada, se quitó la camisa con el alza cuellos y la puso doblada en una silla, debajo tenía una camiseta de tirantes blanca casi transparente, no paraba de hablar de valores, creencias… se quitó los zapatos, se desabrochó el cinturón y se bajó los pantalones, tenía unos calzoncillos enormes blancos, se subió los calzones hasta las tetas casí, a mí me dio un poco la risa, pero cuando le miré el paquete tenía un bulto enorme, para un lado se le notaba perfectamente la picha que claramente estaba medio empalmado pero también se le notaban unos huevos como bolas de billar, “vaya patas de gallina tengo eh, no te riás de un pobre viejo como yo” en ese momento no sabía si quería distraerme porque le daba vergüenza que le viese empalmado ó para hacerme reir. Se puso la sotana y me dijo que fuese por esa puerta que daba a la iglesia que él iba ahora, me dirigí hacia la puerta, cuando ya la estaba cruzando miré para atrás y le ví como se quitaba los calzoncillos y los metía en el bolsillo del pantalón, como solo había un confesionario pues le esperé allí, llegó, se metió dentro y encendió una pequeña luz que me dejaba ver bastante bien su cara y el interior a pesar de las rejillas de madera que nos separaba, yo recuerdo haberme confesado muchas veces y estaba oscuro el interior pero bueno, sin más, empezamos con Ave María purísima y todo el jaleo protocolario, yo después me quedé callado sin saber que decir, “a ver Juanito, qué me tienes que confesar, que después de tanto tiempo algún pecado habrás cometido, y después de estar 10 días con Evaristo me imagino que tendrás unos cuantos “. Empecé con tonterías de que no me portaba bien con mis padres, que si le cogía alguna moneda de la cartera a mi madre…,”bueno, eso no está bien, pero tampoco es tan grave, dime has tenido pensamientos impuros? con 15 años te masturbarás mucho” “no bueno, como todos los chicos de mi edad” , “venga empieza, cuéntame, puedes estar tranquilo, todo lo que me cuentes no se lo puedo contar a nadie” “no sabía por dónde empezar, le cuento las pajas, los polvos con mi abuela, con mi tía, con mi tío….. bueno, pues me hago una ó dos pajas al día, pensando en alguna chica de la TV a la que se la ven las tetas, pero como todos” él fue al grano, y “con tu tío en casa… ” yo me quedé paralizado, él lo sabía o lo suponía? ” sabes, tu tío y yo fuimos muy buenos amigos en la juventud y en la adolescencia, hicimos muchas cosas que son naturales y lo pasábamos muy bien, no tienes porqué avergonzarte, os habéis, masturbado juntos? os la habéis chupado, habéis hecho algo más?”, a medida que hablaba para preguntarme todo eso su voz cambió y acabó casi susurrando como de placer, con la respiración entrecortada, miré bien y vi como se había subido la sotana, había metido su mano derecha debajo y se la estaba cascando, ” venga Juanito, cuéntame por favor, no pasa nada, me lo cuentas, y yo te absuelvo, mira que sino con ese pecado no te puedes confirmar”, lo pensé dos veces y le empecé a contar el encuentro con mi tío, además de por pecado necesitaba contárselo a alguien. No sabía por donde empezar, “pues padre, sucedió solo una vez, es verdad que mi tío se hacía muchas pajas y yo también pero cada uno por su lado hasta el último día que nos dejaron solos”, al padre Román se le cambió la cara, empezó a morderse el labio inferior y a darle fuerte a la zambomba, parecía que la sotana iba a salir volando, “sigue, Juanito, sigue, cuéntame por favor” y yo seguí, “la mañana que se fueron mis padres y mi abuela a Palencia, mi tío se sentó en mi cama y nos pusimos a ver una revista porno que él me había regalado, me preguntó si podía enseñarle mi picha y se la enseñé, después me preguntó que si podía cogérmela y me la agarró con su manaza” ahí el padre Roman ya se levantó la sotana entera dejando a la vista su pedazo polla, no era tan grande como la de mi tío pero se acercaba, se la meneaba rapidísimo, a veces solo se la cogía desde abajo y el resto de la picha se movía como la gelatina por lo que pensé que no la tenía muy dura” entonces me la empezó a menear un poco y después me la chupó hasta que me corrí”… el padre Roman paró de meneársela poco a poco, “bueno hijo, lo ves, no pasa nada, y te gustó??” sí padre, me gustó mucho como me la chupó mi tío, “claro, la chupa muy bien, jeje, le enseñé yo, pero no ahora eh, cuando éramos pequeños, y no hicisteis nada más Juanito?? ” bueno, él se fue a lavar, yo me quedé mirando la revista porno, y cuando volvió, yo ya estaba empalmado otra vez” ahí volvió otra vez el padre Román a pajearse, “y que paso Juanito, cuéntamelo todo”, y ahí pensé por un momento contarle lo de mi abuela y mi tía pero me entró miedo por si se lo decía a ellas cuando viniesen a confesarse,.. “pues…, me untó vaselina y se la metió por el culo, mi tío empezó a masturbarse al principio pero después le quité la mano y le masturbé yo hasta que nos corrimos los dos” ahí creo que el cura ya no me estaba oyendo porque se estaba corriendo él, lo noté por los jadeos, la mandíbula desencajada y unos segundos más tarde por la lefada que se echó encima, entonces aproveché para decirle “y también me he acostado con mi abuela y con mi tía Jesusa”no sé porqué pero vi la necesidad de salir corriendo, pero cuando llegué a la puerta estaba cerrada(pensé claro, así se ha pajeado con toda la tranquilidad), me di la vuelta y el padre Román había salido a toda prisa detrás de mí, “tranquilo Juanito, si te preocupa que se lo cuente a alguien no lo haré, es secreto de confesión” cuando se acercó vi que seguía empalmado porque parecía una tienda de campaña y con la corrida encima de la sotana, él se dio cuenta de que no quitaba ojo de su entrepierna y me dijo “por favor no te preocupes por esto, yo nunca te haré daño y si me dejas te lo explicaré, volvamos al confesionario que ahora seré yo quien se confiese” volvimos al confesionario y empezó a contarme, pero ahora con la luz apagada, y con olor a marisco, “siento que te haya m*****ado verme masturbándome, hacía muchos años que no tenía tanto deseo como hoy, verás, cuando éramos jóvenes tu tío y yo exploramos el sexo juntos y nos dimos muchísimo placer, pero como sabrás, al cumplir 18 años tu tío se fue a Chile y yo entre en el seminario, desde entonces apenas he tenido ganas, me he masturbado alguna vez, pero nunca he tenido deseo de relación con nadie, pero cuando volvió tu tío, ese deseo se ha despertado, estoy un poco decepcionado porque pensé que tu tío también me desearía pero no hemos estado juntos solos en casi ningún momento, aunque ahora lo entiendo, teniendo a un chico tan guapo como tú en la cama de al lado pues normal que no quisiera nada con un viejo como yo”, pensé en decirle algo para consolarle pero no sabía que decir, sin más, el padre salió del confesionario y sin mandarme rezar Aves Marías ni Padres nuestros nos encaminamos a la sacristía, faltaba más de una hora para la misa, “bueno Juanito, entoces vaya verano te has pasado eh…, me puedes ayudar hoy de monaguillo ó tienes que ir a descargar con tu abuela ó con tu tía??” ” que va padre, mi tía lleva unas semanas fuera y mi abuela desde que vino mi tío no ha vuelto a querer hacer nada” “bueno entonces me ayudas de monaguillo?”, no tenía más que hacer…se limpió la túnica con una toalla mojada, ” bueno en una hora se secará, a ver si encuentro el traje de monaguillo, no sé donde estará, como nunca viene nadie desde hace años…”removió un par de cajones y lo encontró, era una túnica blanca con las mangas verdes, me ayudó a ponérmela por que me estaba un poco justa, mientras me ayudaba a meter primero los brazos se me acercó bastante, cuando me ayudó a meter la cabeza aprovechó para pegar su todavía picha morcillona contra mi barriga, empezó a frotarse mientras me bajaba la túnica, “te está muy justa Juanito, creo que será mejor que te quites la camiseta de debajo” mientras sacaba la cabeza y los brazos no paraba de frotarse, me quité la camiseta y su cara cambió a la de deseo que ví antes, cogió una silla, la acercó y se sentó muy cerca de mi, “tienes un cuerpo precioso Juanito” y empezó a acariciarme por todas partes pero especialmente los pezones, eso me encantó e hizo que me empalmase en un segundo, comenzó a bajar hacia el pantalón, cuando ya vió el bulto lo frotaba como una lampara mágica, me bajó los pantalones y mi picha dio un respingo hacia arriba como un gatillo, “cuidado Juanito que me sacas un ojo, los años que hacía que no veía una picha tan dura, madre mía”, me la tocaba con suma delicadeza, todo lo contrario a mi tío, en vez de subirme la piel hacia arriba y hacia abajo él solo deslizaba su mano por la piel de mi picha, lo hacía de forma exquisita, con la otra mano me empezó a acariciar el culo y suavemente me empujó más hacia él, abrió su enorme boca y empezó a chupármela de forma magistral, no noté sus dientes ni una vez, todo fue gusto, cuando se la sacaba y trabaja con la lengua era maravilloso, cuando ya notó que me iba a correr, “quiero tragármelo todo vale Juanito? no me la saques de la boca, quiero saborear tu lefa” me la empezó a menear más rápido y se metió todo el capullo, ” ahhhhhh, ahhhhhhh. me corrro me coooooorrrrrrroooo” que gusto, en el momento de correrme me soltó la polla, me puso una mano en cada nalga y me empujó hacia él metiéndole toda la picha en la boca, y empezó a cabecear y a absorber como un loco, que gusto por Dios. Estuvo después un buen rato recreándose con mi polla, la chupaba, lamía, se la restregaba por la cara………… “y ya por fin, “anda, vístete y vete a jugar que está a punto de venir Maruja”, (Maruja era su hermana, era una solterona de 64 años que daba clases de gimnasia y labores de casa en el instituto, ya os contaré otro día), preo no quiere que le ayude de monaguillo?? “anda, anda, tira, pero tienes que volver otro día a contarme lo de tu abuela y tu tía, vale?”